En 2010 en Los Ángeles y en 2011 en Madrid, acudí puntual a la hora en la que se ponían a la venta por primera vez el iPad y el iPad 2 respectivamente, así que el pasado viernes, seducido por la Retina Display del nuevo iPad y animado por la tradición de comprar el iPad el día en que un nuevo modelo se pone a la venta, me acerqué a un Fnac a adquirirlo en la versión que he tenido en mis anteriores iPads y que es perfecta para mi: iPad negro 32GB WiFi + 4G.
No había colas, tenían el modelo que yo quería y el proceso fue como la seda. Hasta aquí todo bien. Pagué gustosamente bastante menos de 699€ por él (tenía un cheque regalo de la Fnac y el IVA me lo desgravo por mis actividades profesionales) y me fui a casa. El problema llegó cuando comencé a utilizar el iPad.
Lo encendí, elegí restaurar una copia de seguridad desde iCloud y en ese momento empezó a calentarse endiabladamente. Me extrañó un poco, pero como había leído que el nuevo iPad se calentaba más que el anterior modelo, en principio me pareció normal. “Cuando terminé de restaurar la copia de seguridad la temperatura bajará,” pensé.
Nada de eso. Lancé las aplicaciones de Instapaper, Flipboard y Reeder y cuando me quise dar cuenta, unos 25 minutos después, tenía la mano izquierda quemada. Así de claro. No tenía la mano quemada para irme al hospital ni para vendármela, pero sí para que 48 horas después me siguiera escociendo.
Tras preguntar a algunos conocidos e investigar en los foros de Apple, descubrí que el problema de la temperatura del nuevo iPad no era sólo mío. Otros usuarios de diferentes partes del mundo reportaban problemas similares aunque por fortuna para Apple no era algo excesivamente generalizado.
En dichos foros vi que había recomendaciones para tratar de solucionar este problema de los calores como descargar y cargar completamente el dispositivo (no me solucionó el problema del calor) o realizar un proceso más largo como restaurar todos los ajustes, desactivar algunas funciones de la localización, no recuperar copias desde iCloud y descargar y cargar completamente el dispositivo.
Aparentemente a mi estas soluciones tampoco me han servido aunque es cierto que mi nuevo iPad no se calienta tanto como antes; pero sí sigue calentándose lo suficiente como para que sea incómoda su utilización.
Sigo conservando el iPad 2, por lo que he realizado un vídeo cutre y salchichero con un termómetro láser en el que se aprecian las temperaturas de cada dispositivo. Como se puede ver, con un uso normal de navegar por Safari o abrir la App Store, el iPad 2 (el modelo de la izquierda) presenta una temperatura en su parte más caliente de 26,1 grados centígrados. En cambio el nuevo iPad (el de la derecha) llega con soltura a los 32,6 grados, lo cual supone 6,5 grados de diferencia con el anterior modelo bajo las mismas condiciones, una barbaridad.
Utilizar un iPad a 32 grados es desagradable y molesto, acabas con la mano muy caliente. Creo que Apple lo considera una temperatura normal de uso, pero conmigo que no cuenten para sujetar con mis manos un aparato a esas temperaturas.
No he probado el iPad con muchos juegos salvo con el Angry Birds Space, aplicación con la que nuevo iPad alcanza de sobra los 35 grados centígrados (95º Fahrenheit). Y no tenía el termómetro a mano el viernes pasado, cuando estoy seguro que el dispositivo llegó a los 40 grados usando Instapaper, momentos en los que su uso fue extremadamente desagradable.
¿Qué voy a hacer? No lo sé. O devolverlo y recuperar mi dinero o ir a una Apple Store para solicitar un nuevo iPad de reemplazo y ver si el sustituto no quema tanto como el que compré el primer día. Pero si esta es su temperatura normal, yo me quedo con el iPad 2, que no tiene una pantalla maravillosa pero al menos su temperatura no es comparable a la de un radiador.
Actualización: añado un enlace a un post de la Ocu en el que muestran en una prueba que su iPad ha llegado a los 40 grados en la misma situación en la que el iPad 2 llega a los 31 grados, 9 menos.
