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Sobre la revolución en la Red española

Andamos todos revueltos por las oscuras intenciones del Gobierno de España para proteger los derechos de autor y mientras debatía con Marcos en el anterior post me he acordado de una anécdota reciente que os quiero contar.

Soy un defensor de cualquier puesto de trabajo porque genera riqueza. Por ejemplo, cuando voy al McDonalds no suelo recoger la bandeja de comida de mi mesa aposta, prefiero que McDonalds tenga a alguien encargado permanentemente de la atención y limpieza del restaurante. Hay cientos de McDonalds en España, son muchos puestos de trabajo que se pueden generar con ese gesto.

Sin embargo, me he dado cuenta de que estoy combatiendo para eliminar un puesto de trabajo determinado: el de lector de contador de Gas Natural. Todos los meses venían a mi casa, tenían que pasar hasta la cocina y tomar nota. No me gustaba, no quería que cada mes pasase un extraño a mi casa porque sí, así que descubrí que la lectura se podía facilitar por Internet y lo hice. La primera vez que negué el paso a la encargada de leerme el contador fue compleja porque ella insistía en querer pasar dándome argumentos peregrinos, defendiendo que lo que se hiciera a través de Internet no tenía valor, que me iban a cobrar bastante más y que tendría que dejarles pasar la próxima vez. Nada de eso pasó y nadie ha vuelto a entrar a mi casa, todos los meses facilito la lectura yo mismo y la compañía me cobra. Evidentemente la mujer estaba enfadada porque si muchos clientes de su ruta hiciéramos lo mismo, ella se quedaría sin trabajo porque sería prescindible para la compañía.

Creo que a mucha gente que ha estado viviendo de la música le pasa lo mismo ahora; patalean porque quieren seguir trabajando y viviendo como hasta hace poco demonizando Internet -lo cual me parece lógico y humano- pero su solución no es esa porque yo ya no quiero música a través de una tienda y apenas quiero películas a través de una tienda, lo quiero digital, lo quiero de calidad y estoy dispuesto a pagar por ello.

Supongo que la lectora de contadores de mi edificio podría reciclarse y tratar de unirse al mundo digital para seguir participando en el negocio del gas de alguna forma. O no.