Categoría: Vivencias

Ayer noche estuve en el teatro Gran Vía viendo el monologo Espinete no existe. Fue uno de los regalos de cumpleaños que me hicieron mis grandísimos amigos y sinceramente ha sido un acierto total. Durante 90 minutos te sientes transportado en el tiempo, en mi caso volvía a tener frescos los recuerdos del Barrio de Fuencarral, de las meriendas delante de la tele, de los viernes noche con el Un-Dos-Tres, de la lucha constante que mi madre tenía conmigo para que comiera algo mas y pudiera seguir vivo (con lo que me gusta comer ahora…)

Acabé con agujetas en la mandibula, de tanto reir, Eduardo Aldan lo borda pero no te puedes distraer ni un instante ¡porque habla a la velocidad de la luz! No digo nada mas porque se que algunos vais al teatro hoy mismo, ya me contareis.

¡¡Muchas gracias por la invitación!!

Quiero compartir una de las vistas más bonitas que he visto en mi vida y que más me han impresionado. La torre John Hancock de Chicago te ofrece un regalo para tus sentidos. Construida en 1969 y diseñada por un ingeniero de apellido Khan, cuenta con 100 plantas y 344 metros de altura; aunque es el tercer edificio más alto de Chicago, no tiene nada que envidiar a la famosa torre Sears (vista también recomendable, pero no tan impresionante).

Este edificio está construido con tubos de acero entrecruzados, y tiene una vista espectacular desde abajo y aún más impactante desde arriba. Además, está ubicada cerca del Lago Michigan (es como un mar) y en la Michigan Avenue, conocida como “la milla magnífica”.

Pero todo esto lo olvidas cuando subes al último piso y tienes a tus pies una ciudad entera. No es para explicarlo, es para verlo.

P.D. El hecho de que la noche que visitamos la torre Hancock hubiera -13ºC a las 8 de la tarde hace que nuestro recuerdo sea aún más imborrable… ¡una experiencia heladora!

Así es como llamaban sus amigos a Pedro, mi primo-hermano que falleció el pasado viernes 27 de abril víctima de una leucemia contra la que luchó durante 5 años a través de innumerables quimioterapias, aislamientos en hospitales, decenas de punciones y pruebas de todo tipo.

Pedro tenía 27 años (como yo) y era un luchador nato, nunca pensaba que esa maldita enfermedad iba a poder con él y menos después de haber sobrevivido a una situación crítica en la que los médicos le dieron 15 días de vida en mayo de 2003. Lamentablemente su cuerpo no ha podido más y nos ha dejado para siempre. Para mostraros su optimismo y ganas de lucha os pego uno de los emails que me enviaba el pasado septiembre:

Q pasa Elio!! como va todo x allí, yo ya estoy aquí encerrado en Valencia!! (en esa ciudad hay un hospital con una unidad especializada en leucemia) Supongo que te lo habrá dicho tu padre, que han estado este finde x aquí!!

De momento vamos bien, he pasado esta semana que era la de quimio y ya el martes me hacen el trasplante y a esperar a que eso empiece a funcionar x si mismo!!!

Estaremos en contacto y veremos como va funcionando… Un abrazo!!

Desde luego no parecen las frases de una persona que se enfrentaba a su tercer trasplante de medula y que estaba en ese momento con el cuerpo envenenado por la quimioterapia…

Durante sus largas estancias en los hospitales donde permanecía encerrado entre cuatro paredes sin poder moverse durante semanas, utilizaba Internet para mantener contacto con familia y amigos a través del correo electrónico (como habeis podido comprobar con el mail que os he puesto) y cuando descubrió el blog lo leyó de pies a cabeza porque le parecía interesante y ameno descubrir detalles de la vida de su primo que él no sabía. En tres días se había leído todos los post del blog y me dijo que seguiría leyéndolo porque era divertido y le ayudaba mucho a matar el tiempo…

Si el blog ha servido para eso, ya ha servido para mucho asique, Pedro, este blog sigue adelante con fuerza como la que tenías y tienes. Va por ti.