Días antes de que llegase el momento de comprar el nuevo iPhone me planteé volver a las 4,7 pulgadas comprando un iPhone 7. Las dudas se disiparon rápido cuando pasé algo más de una hora configurando un iPhone 7 para un familiar y al rato volví a usar mi 6S Plus: ni de broma compraría un teléfono con una pantalla menor a las 5,5 pulgadas.
Poco a poco muchos nos vamos pasando a ese tamaño, hasta quien dijo que no lo haría nunca. Yo voy a por mi tercer año con un armatoste en el bolsillo. Y tan contento.