“Si en nuestros trabajos dependemos tanto de nuestra agilidad mental, de nuestra creatividad, ideas, lucidez y visión, ¿por qué nos empeñamos constantemente en dinamitar todo eso? Aunque lo decimos de boquilla creo que no somos conscientes de todo lo que nos quitamos a nosotros mismos con nuestras distracciones. Sólo nos quejamos de sus consecuencias”.
Berto Pena nos recuerda en su último post que estar permanentemente distraido por notificaciones de todo tipo es una rémora para nuestra productividad. Hace unos días escribí sobre ello: desde que recibo menos notificaciones trabajo mejor y vivo más relajado.